miércoles, 27 de octubre de 2010

Dialoco



Suenan lejanos lo versos que me acunaban
en la tarde extemporánea de ayer.
No veo claros, no veo blancos,
más unas llagas repletas de frondosidades
que lastimeras ocultan lo que ya no se ve.

Hace algunos siglos, en diálogo con la tierra
podía decirte que era tuyo, tiempo después
ni yo mismo soy la marmórea estatua
que creíste ver.

Ya no leo tus ojos, tomos apasionados,
que se tornaron amarillentos, sosos,
finalmente vacíos y sin intérpretes,
ni sé descubrir los giros sutiles
que tú cuerpo alcanza a dar.

En los besos que no están, encuentro
el único y tonto consuelo que llueve
para alimentar la sequía de mis labios,
tan poco comprensivos de mi hoy.

1 comentario:

  1. que dificil dejar un comentario sobre una poesía. Por ser agua que se escapa de las manos, por ser humo indice de fuego. Zurdo.

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