domingo, 5 de octubre de 2008

Guerrero



En su vida nace un gesto, quizás de reverencia, quizás de batalla finalizada, mientras a su espalda flamean perennes los sueños que lo empujan. Vibra el corazón y pareciera que no; se inquieta el alma mientras el cuerpo permanece impasible. Un grito busca escapar al son del temor, aunque se mantiene encerrado. Con pulso firme es sostenido, retenido en lo más profundo.
Mi mirada no vacilará, mis pasos serán firmes: tan solo oirán un rumor de brisa y luego............luego serán golpeados por la tormenta liberada.